Estando embarazada, me empeñé en que mi hija tuviera juguetes originales, únicos, hechos a mano y en los que se reflejara todo el amor que siento por ella. Y así me adentré en el mundo del amigurumi. Navegando por Internet, encontré al Perrito Leopoldo, un can precioso y con un patrón muy bien explicado que me facilitó mi inmersión en este fantástico mundo.
Y este fue el resultado:
Lo realicé en tonos rosas con hilo de algodón y le cosí algunos detalles en goma eva. Además, le añadí un cascabel forrado en ganchillo para evitar que la pequeña pudiera hacerse daño. ¿Qué os parece? Yo le tengo un cariño especial, quizá porque está hecho desde el corazón.
Es uno de mis trabajos que más éxito ha tenido y, por esa razón, he realizado alguno más y no descarto que caiga algún otro. Estas son dos de las versiones que he hecho:
Es uno de mis trabajos que más éxito ha tenido y, por esa razón, he realizado alguno más y no descarto que caiga algún otro. Estas son dos de las versiones que he hecho:
Ambos están tejidos con hilo de lana de unos números mayor que la primera versión, por lo que son un poco más grandes. Como se puede apreciar en las fotografías, los acabados de estos perritos son distintos en todos ellos. Y es que cada amigurumi que confecciono es único e irrepetible.
Si os ha gustado el resultado, podéis encontrar el patrón en Con A de artesanía.
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