Hace unos meses me encargaron un pedido muy especial: una canastilla para una bebé que nacía en noviembre. Me lo pidieron a mí porque conocían mis trabajos, sabían el amor que pongo en ellos y porque hace años que nos conocemos. El regalo tenía que ser de ganchillo, muy tierno y suave para que el bebé pudiera manipularlo y totalmente hecho a mano porque a la mamá le encantan los detalles artesanales.
Le di varias vueltas a la idea, busqué inspiración y encontré un patrón que me sirvió de base para realizar todo el pedido. (Es de Creativa Atelier y lo puedes encontrar haciendo click). No tenía claro qué productos iban a componer la canastilla, pero me dejé llevar por la inspiración.
Empecé por un muñeco de peluche amigurumi (el que os he dejado en el link). Elegí los colores y le modifiqué la expresión de la cara para que fuera más dulce y adorable. Este fue el resultado:
Con esta carita de sueño, y después de comprobar lo bien que nos ha funcionado con mi peque, tejí una mantita de apego. En mi opinión, las mantitas de apego deben cumplir tres condiciones: ser blanditas para evitar que el bebé se la clave mientras duerme, transpirables para evitar posibles riesgos de asfixia, y pequeña para que sea cómoda y fácil de transportar. Y esta la realicé con punto calado, con el motivo de la conejita y usando los mismos colores.
Y ¿qué no puede faltar en cualquier regalito para un bebé? Un sonajero. Lo realicé en aro para que las manitas pequeñas pudieran agarrarlo con facilidad. Hasta ahora había usado cascabeles para realizar los sonajeros, pero el relleno amortiguaba el sonido. Así que lo tejí alrededor de un huevo de plástico relleno de garbancitos y sellado para que no se pueda abrir. De esta manera, el sonido es mucho más nítido. Lo rematé con una cinta de raso en el cuello que le confiere un aspecto elegante, clásico e infantil.
Como la bebé nacía en invierno, tejí unos patuquitos a juego. Me parecieron ideales para hacer unas fotitos simpáticas, por ejemplo, para presentar a la recién nacida en sociedad. Me quedé con las ganas de hacerle un gorrito de orejas largas, pero como no conocía personalmente a la mamá ni sus intenciones, pensé que a lo mejor no sería de su agrado (me lo dejo en el cajón de los posibles para mi próximo encargo de newborn).
El último producto de la canastilla es un marco de fotos con el motivo de la conejita y personalizado con el nombre del bebé. La idea la saqué de El gancho de Lola (me encanta todo lo que hace). Pensé que podía ser una bonita manera de conservar la primera eco, la primera foto de la recién nacida, el cordón umbilical, pulsera del hospital, mechón del pelo, huellas del bebé... ¡Hay tantas posibilidades! Incluso realizar su cuadro de nacimiento (pronto os enseñaré uno hecho por mí y algunas muestras más).
Como podéis ver, todos los productos que el bebé puede manipular no tienen piezas sueltas (fieltro, adornos...) sino que está bordados para que no se desprendan. Tampoco se usan pegamentos ni siliconas, sino todo cosido a mano para que se lo pueda meter en la boca con tranquilidad.
Y una vez creado todo el contenido, necesitaba el continente. ¿Cómo hago la presentación? Pues me acordé que con mi niña me hizo falta una caja para guardar pañales, pomadas, toallitas y cambiador, y tenerlo siempre a mano. Así que hice esta cajita con el mismo motivo y con el nombre de la bebé bordado a punto de cruz.
La presentación final fue esta:
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